El mexicano Isaac Hernández volverá a bailar en la capital británica en un ballet en tiempos de pandemia, con un aforo de apenas 600 personas en vez de miles como está acostumbrado.
Bailar en pareja, por cuenta de la restricción de permanecer dos metros lejos de otros, hizo que este arte estuviera casi prohibido.
La función elegida para el regreso busca dar un respiro de esperanza.
“La pieza se hizo basada en el libro de Vasily Grossman, ‘Life and Fate’. Es sobre la Segunda Guerra Mundial y lo que trataba de capturar el coreógrafo es la esencia del libro que es, al final, los actos de amabilidad que pueden suceder en los momentos más oscuros de la humanidad y dar un poco de esperanza al futuro”, afirma.
Para garantizar las condiciones de bioseguridad, exigidas por el Gobierno, y para evitar contagios; los bailarines han tenido que adaptarse a una nueva realidad en la que tienen que evitar, fuera del escenario, el contacto social y bailar en los ensayos con mascarillas.
“Creo que es lo que más nos está costando trabajo ahora para volver a sentirnos cómodos otra vez. Afortunadamente en el escenario vamos a bailar sin mascarillas. Va a estar bien. Es el tipo de entrenamiento que nos ayuda con la fortaleza”, explicó a France 24.
Pero Isaac reconoce la dificultad personal, física y profesional de los encierros que ha vivido Inglaterra en el último año. Revela que sintió miedo más de una vez, «sobre todo porque estoy llegando al mejor momento de mi carrera, donde estoy llegando a cierta madurez artística, donde tengo una facilidad técnica que es prácticamente el momento idóneo para viajar por el mundo y hacer los ballets que quieres, y en ese sentido sí pensé que tal vez iba a perder ese momento tan preciado”.
Con apenas 31 años, el mexicano ha conquistado los escenarios más prestigiosos del ballet mundial. Por su talento y disciplina, en el 2018 fue considerado el mejor bailarín del mundo y galardonado con los premios más prestigiosos de este arte.