Isaac Hernández

Jóvenes bailarines que valen oro

12 de septiembre de 2004
Más allá de las albercas, gimnasios y pistas de atletismo, en México crece una generación de jóvenes bailarines que han llamado la atención en el extranjero.

A las medallas obtenidas por los atletas nacionales en los pasados Juegos Olímpicos, deben sumarse los trofeos de adolescentes que vestidos con tutús, mallas, zapatillas y leotardos colocan a México en el número uno del ranking de la danza clásica.

Isaac Hernández, Mara Thompson, Anaís Bueno y María Fernanda García Galiano cuatro jóvenes entre 12 y 14 años son un ejemplo. Ellos fueron ganadores del último concurso del Youth American Grand Prix, una de las competencias internacionales más importantes.

Quienes ocupan un lugar en la lista de premiados con el Grand Prix son elegidos posteriormente para formar parte de las mejores compañías dancísticas del mundo.

Fundado en el 2000 por Larissa y Gennadi Savaliev reconocidos ex bailarines del Ballet Bolshoi el certamen tiene el propósito de brindar mejores oportunidades educativas y profesionales a jóvenes entre ocho y 18 años.

Los cuatro seleccionados de esta ocasión podrán continuar sus estudios durante un año en las mejores escuelas de ballet gracias a la beca que les otorga el Grand Prix. La Royal Winnipeg Ballet de Canadá, la escuela Kirov de Washington, la Compañía Dancística de Stuttgart en Alemania, y la Rock School de Pensilvania en Estados Unidos, se encuentran entre éstas.

Por si fuera poco, otros adolescentes mexicanos también brillan en compañías internacionales.

Tales son los casos de Javier Peña, quien está en Berlin Ballet Company, y Luisa Díaz González. Esta última ocupa un lugar importante en la compañía del reconocido coreógrafo francés Maurice Béjart.

Raúl Plata, vicepresidente de la Sociedad Mexicana de Maestros de Danza y vocal de la Sociedad Mexicana de Coreógrafos explica que de un par de años a la fecha se ha incrementado el número de niños bailarines que salen del país para estudiar en el extranjero.

Para el también director del Ballet Neoclásico, en México existe talento que debe ser mejor aprovechado. «No tenemos una escuela nacional como la italiana, la rusa imperial, la rusa soviética, la cubana o la estadounidense, pero el talento de los infantes es evidente».

Guadalupe Núñez, coordinadora de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del Centro Nacional de las Artes, explica que la mayor parte de los bailarines que viajan al extranjero para concursar deben solventar sus gastos.

«Tienen una buena preparación porque en México hay buenos maestros y programas de estudio bien hechos que aportan resultados, pero el apoyo gubernamental es mínimo».



ANAÍS BUENO

-Veracruz, Veracruz.

-16 años (13 de noviembre 1988).

Martha Sahagún la introdujo al mundo del ballet. No, no se trata de la primera dama, sino de otra mujer a la que le gusta la danza clásica y tiene una academia de danza en Córdoba, Veracruz.

Anaís Bueno empezó a los seis años. Cuando sus amigos corrían en sus juegos, ella ensayaba cuatro horas diarias.

Fue en el IV Concurso Nacional de Ballet Infantil y Juvenil (1999) del Instituto Nacional de Bellas Artes donde la adolescente se dio a conocer en el país.

En unos días partirá al sur de Alemania para estudiar en el Stuttgart Ballet, una de las escuelas de danza más importantes del mundo.

La beca que obtuvo tras ganar el certamen del Grand Prix le servirá para pagar el entrenamiento y el internado.

De los papeles que le gustaría interpretar una vez que concluya sus estudios está el de Kittry del ballet Don Quijote . Al igual que el personaje de esta coreografía, Anaís dice estar enamorada, no de un joven de su edad, sino de la danza.



ISAAC HERNÁNDEZ

-Guadalajara, Jalisco.

-16 años.

Isaac estaba predestinado para la danza desde pequeño. Apenas tenía dos años cuando su padre lo motivó a continuar la tradición familiar de hacer danza clásica.

Originario de Guadalajara, Jalisco, Isaac Hernández se metía a la clase que su padre impartía en una academia cuando comenzó a copiar de los alumnos más avanzados los primeros pasos de la danza.

De 14 años, Isaac cuenta que sus padres le dieron sus primeras clases cuando tenía siete años. Pronto comenzó a concursar en competencias de las que salía triunfador.

Mientras los niños de su edad jugaban en el parque, Isaac no apartaba la vista de la barra de ballet y un gran espejo que proyectaba la luz solar en el salón de clases. Isaac explica: «Desde niño he sido disciplinado. No me cuesta tanto trabajo dejar a un lado cosas porque tengo una meta. Confío en que al final obtendré mi recompensa».

Una calificación de 98.9 logró que Isaac Hernández se colocara a la cabeza de la competencia del Youth American Grand Prix.



MARA THOMPSON

-Cancún, Quintana Roo.

-14 años (9 de diciembre 1990).

Dejar a un lado el Sol y la playa de Cancún para adentrarse en los vientos helados de Winnipeg no es cosa fácil pero para Mara Thompson forma parte de su entrenamiento.

La niña comenzó sus estudios a la edad de tres años en su natal Cancún, Quintana Roo, por una casualidad. Su madre impartía clases de jazz en un centro recreativo, y una tarde equivocó de salón permitiendo que la niña observara a las bailarinas. Fue cuando Mara sintió que el cuerpo le pedía recrear esos pasos. «Desde entonces me metía a las clases de ballet», recuerda. En 2001 continuó sus estudios en el Institut Supérieur d`Art de Bordeaux, Francia. Este año viajará a Washington para continuar su preparación en la Kirov Academy of Ballet.

«Soy una persona muy feliz y afortunada, pues a través del ballet, que es lo que más disfruto en la vida, he conocido lugares y personas maravillosas».



MARÍA FERNANDA GARCÍA GALIANO

-Guadalajara, Jalisco.

-16 años (13 febrero 1990).

María Fernanda apenas tenía tres años de edad cuando comenzó a estudiar danza en una academia de ballet cercana a su casa de la zona Satélite del Estado de México. Pronto, la música de P. I. Tchaikovsky se convirtió en su compañía.

Sobrina del escritor Javier García Galiano, María Fernanda García vio en el ballet un modo de vida.

Con apenas 14 años, irá a Estados Unidos para permanecer un año en la Escuela Rock School de Filadelfia. Sueña con poder ser la bailarina principal del Royal Ballet y el American Ballet Theater (ABT).

Anhela la perfección de Syledie Guillem y Darcey Bussell, primeros bailarines del American Ballet Theatre o Angel Corella, del ABT.

«Realmente es difícil separarme de lo que dejo pero es una gran oportunidad. No es sacrificio porque es lo que me gusta hacer».

Cuenta que le gusta leer de todo: desde novelas de misterio hasta libros escritos por su tío Javier García Galiano.

Fuente: El Universal

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